"Sólo hay una manera de evitar convertirse en mortal: No – estar – vivo" se escucha decir a una voz femenina y sintética tras subir las escaleras de los Teatros del Canal. Se trata de uno –entre infinitos– de los razonamientos a los que llega una inteligencia artificial con pinta de televisión. En esta computadora se han almacenado cientos de miles de datos sobre la historia de una memoria que lucha por su inmortalidad y la información que está procesando le hace dudar de su existencia. El espectador reflexiona sobre sí mismo y conecta con su propia duda existencial. Llega a la conclusión de que entre las máquinas que aprenden solas y la inteligencia humana hay cierto paralelismo. Ellas de silicio, nosotros de carbono... Pensamos, luego existimos.
"El sueño de las máquinas" (así se llama esta creación) es una de las veintidós propuestas artísticas diseñadas por autores internacionales que se exhiben del 5 al 14 de marzo en la exposición "MÁQUINA LOCA" de Canal Connect en Madrid. Esculturas en movimiento, espectáculos escénicos, instalaciones interactivas... Todas tienen en común un sustrato tecnológico.
"El sueño de las máquinas" |
Cada invención atrapa el interés de un público determinado. Algunas, como "Liminal" han sido ideadas para entretener a los más pequeños y a quienes todavía disfrutamos de un buen juguete. Desde la puerta de la sala que da paso a esta representación dos niñas atraviesan de un lado a otro un arco luminoso y señalan, divertidas, sus cuerpos desfigurados en una enorme pantalla. Su madre les tiene que recordar que hay gente esperando turno. Bajo el arco hay una cámara con efecto slit-scan. Esta técnica mantiene impresa toda una secuencia de imágenes para plasmar el movimiento. El resultado es una figura ensanchada que deja el rastro del gesto inicial. Metáfora de la continuidad entre pasado y presente.
"Quick Fix" podría ser el delirio de muchos adolescentes. Una máquina expendedora de likes y de seguidores en diferentes redes sociales. Con sólo introducir monedas y su nombre de usuario, en pocos segundos recibirá el producto deseado. Hay un inconveniente: Las cuentas que le siguen son falsas.
"Quick Fix" |
Quizá esta exposición no nos sorprenda ya demasiado tan habituados como estamos a convivir con la tecnología. Aquella primera fascinación por las máquinas quedó hace tiempo superada y hoy nos parece absolutamente normal mantener un diálogo con un asistente digital para averiguar quién ha ganado un partido. Confiamos en el navegador aunque que el trayecto que nos proponga se desvíe del habitual y volcamos la más preciada información en un disco duro portátil aunque con ello se atrofie inevitablemente nuestra capacidad de memoria.
Nos dejamos monitorizar sin comprender hasta qué punto nos exponemos a continuas manipulaciones con tal de disponer de un uso ilimitado en la red. En la era en que todas las necesidades están ya cubiertas, el criterio a la hora de seleccionar el siguiente producto a consumir se ha convertido en "el más fácil todavía".
"The Nemesis machine" |
Si nada de lo que vemos nos interpela, nada nos desconcierta ya o no cuestionamos la ética de sus aplicaciones habría que preguntarse si no nos habremos convertido en cómplices, en consumidores dependientes y en espectadores pasivos antes de habernos parado a reflexionar y a calcular las consecuencias.
Acostumbrados a lo extraordinario, el futurismo forma ya parte de lo cotidiano y esta exposición podría no estar mostrándonos más que una representación artística del estado actual de las cosas.
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