sábado, 23 de marzo de 2013

MÁS ALLÁ DEL ARCO IRIS

En casa vivimos cinco incondicionales (matrimonio con tres hijos), ... y los que quieran unirse. Guille y Tristán duermen juntos en ocho metros cuadrados pero dejamos, a propósito, dos habitaciones libres. Una es la de invitados porque nos gusta el jaleo con un mínimo de orden, y otra es la de la au pair (hasta que alguno de los niños reivindique intimidad).


Desde el pasado noviembre, Jamie ocupa este dormitorio. Es una niña responsable, cariñosa y complaciente con una paciencia infinita. Se crió en Hawaii y se trajo de allí, su aire fresco. Siempre anda sonriendo y cualquier cosa le hace gracia. 
Entusiasta por naturaleza, comparte todo enseguida... de hecho, ¡no calla!.
Vamos a ponerle un defecto: tiene el pelo muy largo y te lo encuentras por todas partes. 

Epi, la verdadera ama de mi casa (es la que en realidad manda aquí), aun competencia directa y difícil de llevar cuando se trata de operes, le tiene mucho cariño.

Ha venido el "fiancé" a quedarse unas semanas y se cayeron bien enseguida. Los Jamies habían insistido en llevarla a comer a algún restaurante chino, pero ella, de pura raza salmantina y con gustos españolísimos, escapó de la amenazadora oferta a cambio de una invitación a su casa el domingo por la tarde. Y para allá fueron. Cuando me imagino a los tres, con Jamie Fletcher de intérprete, me resulta surrealista.

Jamie Paris nos lo contaba en voz baja, levantando mucho las cejas y negando con la cabeza, todavía conmocionado, con su divertido acento sureño:


     - That woman is tough, man.


Les había estado enseñando sus trofeos de caza, -cornamentas de venados que había abatido hace años- y revistas al respecto que muestran imágenes demasiado explícitas para el norteamericano medio. Quedó profundamente impresionado. Creo que ahora la respeta de una forma reverencial.

Debo explicar que Epi adora a los animales. Es una de esas clásicas contradicciones que yo misma no entiendo. Dentro de poco, y como todas las primaveras, tendré que dejar a las golondrinas instalarse en mi ventana por no partirle el corazón, (la verdad es que yo tampoco soy capaz de destrozarles el nido). Ella se asomará a diario para mirar ilusionada cómo progresa la construcción y me avisará dando voces cuando vea aparecer la primera cabecita.



Estos días mi salón tiene un aire hippie y se respira buen rollo. Los niños de vacaciones con licencia para jugar y sin horarios que cumplir. Guillermo y yo, despreocupados, tirados en el sofá. Jamie P prepara la cena mientras su novia, descalza, toca el ukelele. No me hace falta aún el peta, pero echo de menos un porche.


El buen hombre está colaborando en casa desde el momento en que llegó. Había trabajado de chef y se está ocupando de las comidas. 

No sé muy bien si está queriendo demostrarle algo a su chica o haciendo méritos para que aceptemos su propuesta de quedarse a vivir con nosotros cuando, dentro de una semana, le preguntemos si es que ha perdido el vuelo.

El día que me dé la noticia es cuando ya empezaré a fibrilar. Hasta entonces... 

Be water my friend, be water.




YouTube "Over the Rainbow" Israel Kamakawiwo


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