No es por casualidad que después de treinta años nos hayamos reencontrado.
- No creo en las casualidades -dice Ana-. El universo ha conspirado para ponernos en contacto.
Me lo explicará con detalle el lunes.
Me lo explicará con detalle el lunes.
Ana Jiménez levantaba la mano dos turnos después de mí cuando se pasaba lista en clase. Recuerdo la rigidez de mi cuerpo camino de la pizarra cuando me sacaban a dar la lección y luego, en pie frente a la profesora, rebuscar en mi memoria como si realmente fuera a encontrar la respuesta mientras empezaba a imaginar el trazo circular junto a mi nombre. A continuación salía voluntaria Anita para salivar de carrerilla el segundo triunvirato en Roma.
Éramos muy diferentes, probablemente lo seguimos siendo, pero ya nos une una fuerza común y es la necesidad de expresarnos. Las dos apretamos tanto el bolígrafo al escribir que se podría leer el texto al tacto, un grito afónico en tinta.
Yo escribo para mí misma, lo hago desde pequeña (ojalá aún conservara todos esos folios que, en un ataque de desprecio, incendié sobre el fregadero de mi apartamento en las Palmas) pero a la hora de compartirlo quiero satisfacer no-sé-cuáles-expectativas porque, en el fondo espero cierta aprobación y en ocasiones he traicionado mi postura original si sospecho que de otro modo dejará de haber alguien al otro lado para seguir leyendo.
Ahora Ana me pide permiso para hacer un "cameo" en mi blog, a mí, que siempre había admirado su talento, su estilo al redactar. Estructurada, impecable, original. Anoche, cumpliendo con el plazo de compromiso, me enviaba a mi correo esta presentación. La leí impaciente y ocurrió lo inevitable.
- Lo sabía. Sabía que me ibas a eclipsar. -Le digo en un whatsapp por la mañana-.
Me muerdo los celos y le hago un hueco en El Aleph. Le había sugerido crear uno propio, pero ella lo prefiere así. Es zurda como todos los genios, ¡qué le vamos a hacer!.
Ana, repito: es un honor.
Fue un poeta “granaino”, el que se aventuró a delegar en otros la
responsabilidad sobre su propia esencia… Yo me choqué con él de bruces en una pregunta trampa de
cierto examen de literatura y cometí el error de adscribirlo a la generación del
27, engañada por un vago recuerdo que lo asociaba a la quinta de mi abuelo
Pepe. En algún sarao familiar había oído mezclar las anécdotas relativas
a como trató de proteger y escondió en su casa a otro (esta vez sí) ilustre
miembro de esa nutrida promoción de autores, con las correrías y travesuras infantiles varias compartidas con mi abuelo “el del
sombrero”.
Vale (¿sabíais que es la última palabra del Quijote?), estoy
convencida de que la mayoría de vosotros vais a hacer el ímprobo esfuerzo de
seguir leyendo estos disuasorios párrafos, que desobedecen los más ortodoxos
manuales de estilo, porque habéis mordido mi anzuelo. De momento, y con la
singular frase de apertura que he elegido, coincido con los más críticos en que
mi temática apunta maneras de un intenso, complicado e infumable “ladrillo”
existencialista, de esos que no se digieren ni anestesiado por el mejor de los
gin tonics y aunque provenga (en una primera cita, por supuesto) de boca de
quien, como califica una ingeniosa compañera de fatigas deportivas matutinas,
“todavía él no lo sabe, pero es mi futuro marido”.
¿Habéis descubierto ya cual es el cebo? Meridiano: vosotros os apuntáis
el tanto de haber conseguido atar
cabos y adivinar de quién estoy hablando (y no me refiero a desvelar la
identidad de esa simpática “single”) y os entregáis a la autocomplacencia por
contar con mayores conocimientos literarios que esta menda a los diecisiete y, además,
con otra muy desarrollada capacidad de comprensión de mi encriptado lenguaje a
medias entre el del Código da Vinci y los cifrados americanos de la Segunda
Guerra Mundial. Mientras tanto, yo aprovecho que os habéis venido arriba y abono
el terreno para que vuestra
atención no decrezca y no me castiguéis con un rápido pase a cualquier
periódico digital o, lo que sería más difícilmente asumible, para entregaros a
la lectura de otro más interminable y seguramente igual de ininteligible e-mail
profesional o a brujulear en las infinitas posibilidades que ofrece el tener a
golpe de tecla a cualquiera de los que realmente saben hacer esto.
Siento decepcionar a los dueños de ese marciano y testosterónico
cromosoma Y, que estéis esperando a que empiece a recrearme con una detallada
descripción de las “charletas” mañaneras a pie de ducha, cuando todas andamos
tan colocadas de serotonina, que no dudo de que en ocasiones incluso logremos eclipsar
el cáustico ingenio de Sabina. He decidido que mejor os hago un quiebro, pongo
unas banderillas al virtuales al violín, al más puro estilo Ginés Cartagena, y vuelvo
a mi otro poeta de lo cotidiano. Ese que se desayunó un día con un vehemente “A mí, en rigor, me han hecho como soy los
que amé”.
Si hubiera tenido la posibilidad de hacerle abundar en su idea, le
hubiera preguntado en qué aspectos de su personalidad sentía que era mayor la
influencia de sus seres amados (que no queridos, porque éstos en su sentencia
parecen haber sido relegados a un grado más bajo de esa singular orden de
mérito de afectos). Es más, sí por obra y gracia de la imaginación de
cualquier Safier de turno, se me permitiera purgar mi Karma y reencarnarme en
la versión rubia de bote de Jordi Évole, quizás le habría hecho revolverse
incómodo en su sillón de académico llamando su atención sobre las
posibles connotaciones egocéntricas -e incluso rayando en el narcisismo- de la
frasecita de marras…
Pero sin ser un camello capaz de nadar, los que me conocéis sabéis que
siempre lo hubiera hecho de forma sutil y brindándole una posible salida digna.
Le “disculparía” haciéndole ver que mi particular visión de su afirmación
seguramente está mal sacada de una nada mágica chistera de malinterpretaciones.
Y que estrangular y distorsionar el sentido de lo que nos vende como un axioma
son solo las justificadas secuelas de haber tenido la ocasión de conocer y
“tratar” con algún que otro verdadero y auténtico “Rey/ Reina Sol”.
No se vosotros, pero yo concedo semejante título a aquellos personajes
que se consideran el centro de su propia existencia. Acepto que haya un sector
que quiera sacarme ya la tarjeta roja por tener la osadía de juzgar, etiquetar
o encasillar a ese poeta, de cuya generación quise pero no pude acordarme en el
examen, sobre la premisa de una aislada wikiquote. ¿Consigo, con mi remisión al
lenguaje futbolístico, que alguno decida seguir aquí?. Preguntar no es ofender.
No dudo de la incondicionalidad y fidelidad de las integrantes del club de los
viernes que imagino formado por mis potenciales lectoras y las ya consolidadas
de María. Pero al resto pienso traicionaros y ya os aviso de antemano: nada de
sexo, religión o política en las líneas que me quedan. Descolgaros ahora o
seguid leyendo para siempre.
No pretendo hacer un estudio sociológico, pero que, por favor, levante
la mano (nada de tirar piedras que
este es un ejercicio pacífico) aquel de vosotros que pueda señalar a alguien de
su entorno por haber detectado que se trata de uno de esos seres, que los modernos
libros de autoayuda de aeropuerto catalogarían de "tóxicos", como
ciertos productos financieros. Insisto, aunque emitan señales contradictorias,
que luego hagan pagar a justos poetas por egocéntricos pecadores, se trata de
quienes no solo consideran que el “Estado son ellos”, sino que van más allá,
situándose en el centro de la galaxia para que los demás sean satélites humanos
que marquen una órbita a su alrededor. Esos que, además, paradójicamente, se
distraen de la verdadera causa y culpan de todo al resto, o por delegación, a
factores siempre externos a su propia vida sin ser capaces de responsabilizase
de ella. Los que también se miran al espejo y son, como dijo Borges, reflejo y
vanidad.
Yo no me desmarco de mi querido poeta y no niego ni tan siquiera
cuestiono que, tanto el ambiente familiar como el resto de relaciones
interpersonales conforman nuestra socialización, nuestra identidad, y, si me
apuráis, hasta la tan cotizada autoestima (de esa que todavía no hemos
conseguido monodosis inyectables con las que traficar para los más que
frecuentes momentos de apurada escasez….). También estoy de acuerdo con él en
que las ansias de complacer a quienes quieres, así como lo que ellos esperan y desean que uno sea son parte
de los hilos con los que intentamos coser nuestra identidad. Y digo coser, no
hilvanar, remendar o bordar. Y con ello, además, no doy puntadas sin hilo…
Es más, yo misma escribo ahora condicionada por los que me estáis
leyendo. Anticipo vuestros
juicios, descuento críticas, temo frustrar expectativas, privilegio los
que intuyo pueden ser vuestros intereses y voy moldeando mis palabras en
función de y por vosotros. Lo acepto: es un cobarde y lamentable ejercicio de
anticipada autocensura social. Sacrifico libertad de expresión y me autoimpongo
una Primera Enmienda a cambio de vuestra aceptación. Me mantengo en la frontera
de lo políticamente correcto y dejo para, otros, como mi hermano Kurioso, al
que no me resisto a rendir un cariñoso homenaje en mi primera experiencia
blogera, la facilidad del acertar y atraer polemizando.
María me ha permitido hacer un cameo en su blog y mi fuego de
campamento de las vanidades ha visto en ello la posibilidad de experimentar una
décima de segundo de "gloria literaria"... Os ahorro el vía crucis
existencial hasta lograr encontrar un leitmotiv y el vértigo ante la sensación de
parálisis por un absurdo análisis de cómo evitar perderme en intensidades con
el fin de conseguir engancharos a mi guion si, precisamente, yo soy la intensidad
por excelencia... Y qué deciros del miedo, hasta ahora nunca
experimentado en huesos propios (y no hablo de "carnes" porque los
que me conocéis sabéis que no ando muy sobrada de ellas), a no conseguir
conectar con vosotros si no es renunciando a ser quien soy.
Soy consciente de que el peligro de esa dinámica es ir creando una
identidad literaria disociada párrafo a párrafo. Lo que una piensa y lo que
escribe. La zona abierta y la zona oculta. El contrapunto de todo esto es que,
a fuerza de desdoblarme y de contenerme, pierda confianza, espontaneidad,
libertad y me transforme en quien no reconozca. Un peaje agotador para tratar
de conseguir lectores ¿no creéis? Burda prostitución literaria. Algún día
tendré que atreverme a ser yo, pero para eso tengo que redescubrirme y creer en
mí y en mis capacidades creativas. No es una buena estrategia, sino peor
táctica, la de dimitir y volcar anticipadamente
el tintero sobre el papel para evitar que te abandonen los demás. Confieso que
yo también algunas veces sucumbo a
alguna de las debilidades de una auténtica Reina Sol en grado máximo: no solo
me centro en mi misma sino que pretendo ser el centro de la vida de otros.
No obstante, si a pesar de todo he llegado hasta aquí es posible que
sea porque, según sesudos estudios de la de la Universidad de Harvard, hablar de uno mismo activa en el
cerebro los mismos circuitos de gratificación
que el sexo y la comida. Y, puede
que deje a mi vigorexia añadir: y
que los que el deporte. No creo, avezados lectores, que os haga falta una
exégesis más completa de este párrafo.
Querido
Luis Rosales: En rigor, mis palabras las dictan aquellos a quienes aprecio. Si,
esos sois vosotros, los que me habéis acompañado hasta aquí, esbozando una
media y paciente pero siempre cordial
sonrisa. Los que me aceptáis y queréis tal y como soy. “Cállate por favor... quiero estar contigo", suplicó el poeta necesitado de compañía.
YouTube "At your side" The Corrs
Sin embargo yo siempre creí que la casualidad tenía su puntito en esta gracia de vida, la casualidad que tiene esas cositas, que te hace levantarte cada mañana para desgastarte en un bici o con unas mancuernas, e incluso en alguna clase de deporte de bolitas... y así, como quien no quiere la cosa, tus pocas chichas me han enganchado. Eres intensamente genial. Gracias María!
ResponderEliminarAnita, quiero la segunda entrega. Pero sin reyes soles eh?
ResponderEliminarPrometes.
Querida Ana, pasaba por aquí y...no he podido detener mi curiosidad.
ResponderEliminarTe conocí como madre ya que compartimos por un tiempo un hijo, te reconocí como profesional. Desde aquí quiero darte las gracias por aquellas charlas que tanta luz me dieron, seguramente sin tener tú conciencia de ello.
Y ahora....ahora me ecuentro contigo en este maravilloso blog. Qué puedo decirte, en primer lugar gracias de nuevo por darme la posibilidad de este encuentro.
Un encuentro impecable,inteligente y emocionalmente culto.
No, no tengas miedo. Tú no corres peligro. Eres capaz de crear en ti una identidad literaria, pero nunca por el efecto de la transformación sino por tu capacidad de desdoblamiento. Consigues ese desdoblamiento sin perder ni la confianza,ni la espontaneidad y mucho menos la libertad.
Si te digo esto es por la oportunidad que me diste al confiarme algún que otro doblez. Tu nunca dejarás de ser quien eres. Tú no te trasformas. Tú serás siempre quien eres porque eres auténtica.
Permítenos seguir encontrándonos contigo en este lugar tan delicioso.
Ana, el Código Civil no es el estilo literario más eficaz :)
ResponderEliminarAquí se trata de comunicar
Y de comunicar para todos, no solo para los que saben personalmente a qué te refieres.
El escritor desaparece.
Se dispara una flecha; se muestra ESTA flor.
Rubia, si todavia no sabes quienes son los compañeros de viaje del lenguaje artificioso y de la conducta aduladora, lee un poquito màs antes de seguir por esta línea... Pareces lo que no eres!
ResponderEliminarescribir es el oficio que te espera... tu madre ..pule un poco que queden menos adjetivado y encuetra tu propio lenguaje se te ve el plumero juridico un pelin muac¡ BMOLOTOV
ResponderEliminarEn primer lugar darte las gracias por la mención. En una honra y realmente una frase que leida queda más dulce que dicha entre el "Titanium" o un "sieeeennnntate".
ResponderEliminarYo tampoco doy puntada sin hilo y efectivamente somos el producto de quien nos amaron.
Quizá sea laxo censurar a los que culpan de su esencia o se exculpan de responsabilidades inculpando a los demás, todos tendemos a autoprotegernos en este pais donde "hacer leña del arbol caido" es un deporte nacional.
Quien no ha sucumbido a comprarse el libro "gente toxica", aunque solo sea por esa pasta amarilla y lo peor quien no se ha visto reflejado en una o varias ocasiones....levanto la mano.
Lenguaje rico, registro alto pero algo pretencioso para querer enviar un mensaje a todos los lectores.
Articulo grande que viene de alguien excelente.Vale
Vaya por delante mi escasa cultura literaria (y de la otra tb) amen de una paciencia inexistente para leer cualquier texto que me obligue a pensar.
ResponderEliminarDicho esto, primer párrafo prometedor y el segundo aceptable; a partir del tercero me veo superado y aún saltando de cuatro, seis u ocho líneas logro llegar al final sin que se me vaya la mente por otros derroteros... Ni que estuviera en Misa, Joer!!
Intuyo que debe ser buenísimo, pq me pasa lo mismo con Cortazar, Borges y Dostoievski y otros rusos. Espero el próximo con ansiedad, pero pfv baja el nivel!!
Lo dicho tienes buena pluma y reconozco bien tu estilo que no ha cambiado mucho, como no debe ser de otra forma por lo que tienes de original, desde hace 20 años, en lo sustancial pero si por supuesto se ha refinado y vuelto más certero y sutil su contenido y el mensaje a transmitir.
ResponderEliminarTe animo por tanto a que sigas deleitándonos con esta tu literatura blogera hasta que la fama te alcance o tu a ella y en el prólogo de presentación de tus obras publicadas para un público tan especial cuentes con cualquiera de tus viejos amigos.
Bueno...
ResponderEliminarA mi la sangre me tira mucho y tú eres de mi sangre.
Me pides (en tu bendita locura disfrazada de osadía) que critique, aunque nunca me ha gustado esa palabra, tu primera experiencia blogera.
Tienes algo (no sé muy bien el qué, pero es evidente que algo tienes) que atrapa y luego se diluye como azucar en agua.
No es cuestión de contexto, tampoco de cultura, ni de misas o incluso poetas como he leído por aquí. Se trata de escribir lo que sientes. Sin más. Si escribes pensando lo que le puede gustar a uno o a otro, con seguridad te volverás loca. Pero loca de remate.
Cuando escribí "alguna cosita" de Amanece... mi añorado Antonio Oliver me decía esto mismo. SIENTE lo que escribes, pero SIENTELO de verdad.
Cuando Sabina (el Martínez para mi siempre) se juntaba conmigo y "jugabámos" a metaforear ganaba el que menos tenía que explicar y generalmente era aquel que era más puro en pensamiento... Si te tengo que explicar esto, mi comentario no vale una puta mierda.
Me gusta la idea de mezclar Luis Rosales contigo... No teneis nada que ver pero me gusta un huevo y parte del otro. Me gusta leer y parecer que estas dando una palestra moral y cultural... que tampoco tiene nada que ver. Y me gusta (y me gusta mucho) que te atrevas a escribir.
Escribe para ti, usando el Código Civil o el folleto de Mercadona por estilo (eso da igual) pero escribe PARA TI. Sino, estás jodidamente condenada a la locura. Si haces eso, de repente tendrás tu estilo.
Y no lo dejes. Dice un estupendo escritor segoviano afincado en Brasil que de cada lineas que haces pública, has hecho púbica 50... con lo que eso duele.
Besos
Ante todo, me repugnan los anònimos que van de sublimes. Si tienes una habilidad y la muestras, cuando menos merece respeto y cariño. escribes muy bien, con tu toque Yo Dona, y tus frases largas y un poco termomix en el mensaje o tema central(aplicable a tus wasap), pero tienes ingenio e inteligencia. Narcisismo o reclamo de atenciòn se dan por hechos, aunque todos los qye escribimos, pintamos o similares, tenemos esa tendencia. Si realmente te gusta, sigue trabajando y escribiendo. Tal vez tires tres folios, pero siempre acabarà habiendo un cuarto bueno. Golf, tintes y vigorexia no están reñidos con la creatividad. Al menos, no està cuentíficamente probado. Intenta ser feliz y haz lo que te plazca, escribir incluido. Un beso guapa y sè feliz. PACO.
ResponderEliminarAnita!! Me ha encantado!!!
Me he descojonado con la frase del ladrillo no digerible con gin tonics con el que es mi marido pero aun no lo sabe!j.aja
Hay partes que son demasiado para mi humilde cultura en temas de referencias y aunque te enrolles algunas veces (tb muy como tu eres jajja)…. es muuuy divertido, bonito y emotivo y a la vez muy tuyo aunque intentes justificarte! Jajaja
Me ha gustado mucho. No sabia que escribieras taaan bien…
You are sooo smaaart!!! Jajaja
Mua!
Anita, llevo tiempo diciéndote que dejes de beber ese potingue/brebaje psicotrópico, que luego, entre otras cosas, escribes lo que escribes...
ResponderEliminarSi me dieran a elegir entre leerme de nuevo tu primera experiencia blogera o la nueva regulación FATCA, reconozco que me pondrían en un apuro.
Sigo intentando entender el fondo del asunto, pero seguramente no sea culpa tuya sino más bien debido a mi incultura (sin duda me habría ayudado bastante el citado lenguaje futbolístico). No obstante, lo considero un poco espesito para leer, e incluso un poco caótico; y he echado de menos alguna referencia a "la muerte de Manolete" que escucho en tanta conference call y que espero ver en tu próxima entrega.
Eres como un genio despistado, así que no dejes de escribir, que, a tu manera, lo haces de maravilla y algunos puede que terminemos aprendiendo algo de ti. Eso sí, no más autocrítica, dudas o preguntas sobre lo que escribes, recuerda: "it´s all about confidence", y tú de eso vas sobrada; si al resto no le gusta, ajo y agua.
JA.
ResponderEliminarPara serte sincero… la primera lectura me asustó. Quizás cogí el artículo sin ganas, cansado, y esperando algo más “ligero”. Me pareció intenso y algo difícil, con mucho adjetivo, y… lo peor, me dejó con un sentimiento de incultura –por mi parte- que aún me tiene cabreado.
Hoy lo he releído sabiendo a lo que me enfrentaba, y la verdad, no me ha causado la misma impresión, ni mucho menos. Sigo pensando que no es fácil, pero me ha entrado. Me han gustado aspectos concretos (amar vs querer, las personas tóxicas, la importancia de las relaciones familiares en cada uno de nosotros…), y que tengas miedo. Me encanta. Pero como dices, no dejes que “el auditorio” te quite espontaneidad. Sé que no lo hará. Menuda eres tú.
Un pero. Sigo con la misma sensación de ser inculto, que comentaba.
Besos de quien te quiere... y ama.
V.C.B.
ResponderEliminarSinceramente, creo que está bien escrito. Como crítica constructiva; hay un borbotón algo caótico de reflexiones que no acaban de tener un nexo común. El que lo lee, al menos yo, no acaba de tener una idea clara (más allá del título) de lo que realmente has tratado de transmitir.
De todas formas me ha gustado.
Querida Ximenez,
ResponderEliminarComo dijo otro "A buen entendedor pocas palabras bastan", no puedes gustar a todos y, apreciando que me incluyas entre los que amas ¿No?, me basta con que me lances la idea, me encanta interpretarte, un adjetivo es suficiente, lo demás a mi me aburre y a los malos entendedores mas, demasiado para ellos. No hace falta ser tan sutilmente enrevesada especialmente en este mundo digital en el que nos movemos. Tienes un torrente de ideas, un completisimo vocabulario y una cultura que muchos envidiarían, pero esto no va de dar el todo por el todo a la primera, dosifica, como las medicinas, ... Por favor, déjame con ganas para la siguiente, vuélvete un poco tío y focaliza. A ti también te tengo entre los que amo y admiro, estoy segura de tu siguiente entrega. Hazla del tirón...como hablas; ágil, rápida,... como eres... positiva, como esta, y apuesta fuerte, arriesga, eres mas divertida.
Ya te arriesgaste a pedirme "soltura", pues toma... Por favor, no desistas, quiero mas, y a pesar de la soltura de esta opinión, por favor, no me borres, me encantaría "seguir haciéndote". Tu fan 16.AFG
Mi queridísima superwoman: Me ha encantado! Reconozco que me ha costado digerirlo un poco, lo he tenido que leer un par de veces y en momentos de calma nocturna… pero como los sabores intensos, cuanto más lo leo más me gusta. Eres un torbellino de ideas, de creatividad, de cultura… Me dejas anonadada y apabullada pero al mismo tiempo me inspiras
ResponderEliminarSiento no tener las mismas dotes que otros comentaristas para demostrar con palabras que me quito el sombrero y acudo a los estrafalarios y poco estilosos signos de exclamación para decir que quiero más!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Una vez más demuestras que eres una superwoman que lo mismo vale para currar que para encandilar con su labia!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Lo único con lo que no estoy de acuerdo es con esa frase que dice “Algún día tendré que atreverme a ser yo, pero para eso tengo que redescubrirme y creer en mí y en mis capacidades creativas“ Creo que el texto es Anita en estado puro!!!!!!!!!!!!!!!!! Y me encanta!!!!!!!!!!!!
Sólo te voy a pedir un favor, inyéctate una monodosis de autoestima, que eres ESPECTACULAR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Vales muchísimo, como dice María y ya está bien de que tú misma no te lo creas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Besazo
Amparo